Por: Andria M. Salva, Ph.D., EU^Quest Talent Consulting
Entre los retos que encontramos en la gestión de recursos humanos, está asegurar que la gente dé los resultados esperados, a tiempo y con calidad. Diferentes acercamientos han dado cuenta de esto a través de crear experiencias motivacionales, fomentar el trabajo en equipo, mejorar la relación con los supervisores o comunicar la visión y la misión. Todas ellas añaden un valor extraordinario para asegurar los resultados.
En mi experiencia he encontrado que, en estos momentos de crisis, inseguridad e indefinición, donde las personas tienen dudas sobre sí mismos, su rol y qué les depara el futuro, el rol que juega la comunicación de los líderes hacia los colaboradores es fundamental para sostener las operaciones. La literatura ha explorado ampliamente el tema desde la perspectiva del líder: su estilo, técnicas de manejo de conflictos, disciplina y cumplimiento, entre otros. Sin embargo, el grueso de las operaciones, la mayor tajada que asegura el cumplimiento de las metas organizacionales, es a través de aquéllos que no tienen un puesto directivo. Son los colaboradores que necesitan sentirse reconocidos por su existencia y que requieren de una atención distinta.
Nuestra propuesta es asegurar que los seguidores estén comprometidos y dispuestos para hacer las tareas asignadas, que demuestren la iniciativa y el esfuerzo que se espera de ellos. Para lograr esto necesitamos revisar nuestros esquemas de cómo responder a ellos: qué pensamos de ellos, nuestras premisas y expectativas. Un camino efectivo sería a través de una conversación perspicaz: una conversación abierta, genuina, honesta y directa que crea y fomenta una relación de confianza entre y con los colaboradores. Utilizando la evidencia reciente en el campo de la neurociencia y de cómo funciona el cerebro, se está documentando (y evidenciando en las organizaciones que lo están aplicando) que hay una serie de técnicas fundamentales que no son complejas que pueden traer resultados consistentes a largo plazo.
A través de generar una relación fundamentada en la confianza, podemos promover en nuestros colaboradores la valentía para manifestar las cualidades esenciales que los llevarán a ser exitosos en su dia a dia de trabajo, sus carreras y sus vidas. Para ello, Recursos Humanos puede desarrollar e implementar programas que creen el espacio para ser valientes asumiendo su responsabilidad al rendir cuentas, mostrando pasión y un sentido de pertenencia, expandiendo su disposición a servir, atreverse a aceptar retos y tomar posturas morales claras y evidentes. La valentía para hacer esto no llega gratuitamente. Requiere desarrollar un sentido de autovalía, de confianza en ellos mismos. También requiere que sus líderes, compañeros y otros puedan tener estas conversaciones abiertas, estimulantes, que generen la pega que una sus pasiones y sus intereses, sus compromisos y sus temores, sus retos y sus preocupaciones.
En el último análisis, es generar un espacio para su propia humanidad mientras se mantiene una perspectiva clara del rol, el negocio, la estrategia y los resultados medibles y alcanzables. Desarrollemos la inteligencia emocional de nuestra gente y validemos lo que decimos: son el recurso más valioso de la empresa.
Para conocer más sobre este tema, participa en la Conferencia Anual de la Sociedad para la Gerencia de Recursos Humanos (SHRM-PR) el 21 al 22 de septiembre de 2017, en en el Sheraton Hotel and Casino en el Distrito de Convenciones en San Juan. Para más información, puede llamar al (787) 767-2141 o acceder www.shrmpr.org.