Eduardo R. Lamadrid Aguilar, J.D., M.A.C.

Director de Iniciativas Multiculturales-Puerto Rico

Asociación Americana del Corazón

La Asociación Americana del Corazón es un patrono que demuestra interés y responsabilidad en que sus empleados estén bien informados. Prueba de ello son las múltiples publicaciones electrónicas que envía a todos sus empleados, diaria, semanal o mensualmente. En una de esas publicaciones, me llamó la atención un artículo sobre un estudio que afirma que los latinos solemos ser más optimistas y que esa característica nos dota de mayores probabilidades de tener corazones sanos. ¡Ojalá así sea!

La profesora de trabajo social, Rosalba Hernández, de la Universidad de Illinois, estudió a 4,900 latinos residentes en Estados Unidos. Ella y su equipo de investigadores descubrieron que, por cada punto porcentual de aumento en el optimismo de los latinos, también había un mejor puntaje de salud cardíaca. Por otro lado, pocos de los latinos menos optimistas cumplieron con los criterios de salud cardíaca ideal.

«El aumento de cada unidad en el nivel de optimismo de un adulto latino se asoció con un 3% más de posibilidades de cumplir con los criterios de salud cardiovascular ideal en cuatro o más indicadores», dijo la investigadora y añadió que: “La correlación entre el optimismo y la salud cardiovascular fue constante en todos los grupos de herencia latina, independientemente de la edad, el sexo, el lugar de nacimiento o el nivel de aculturación».

También puntualizó en sus hallazgos que ciertos latinos son más optimistas que otros. Por ejemplo, los latinos de origen cubano y centroamericano resultaron ser los más optimistas; mientras que los latinos de origen mexicano y puertorriqueño diz que somos los menos optimistas. ¿Pueden creerlo? Me parece haber escuchado acerca de un estudio que aseguraba que Puerto Rico era el país más feliz del mundo.

El interesante estudio de la profesora Hernández concluyó también que: “los latinos más optimistas tienden a ser mayores, casados o que viven con una pareja, mejor educados y de buena posición económica». Ya ven, quienes peinan canas o se las pintan pueden ser muy optimistas, igualmente los que han encontrado su media naranja. Parece que cualquier edad es buena para continuar estudiando, sobre todo si estar mejor preparados nos convierte en personas más optimistas. Y claro, no hay duda de que una posición económica holgada contribuye al optimismo.

Y aunque este estudio relaciona el optimismo con la buena capacidad cardíaca y sabemos que el estrés nos provoca todo lo contrario, debemos recordar que hay días en que nos levantamos más optimistas que otros, pero lo importante -independientemente- es que dediquemos tiempo para cuidarnos mejor, mediante una alimentación balanceada (con menos sodio y grasas saturadas), con un ratito diario para mover el esqueleto, alejados del humo del cigarrillo y vigilando de cerca a los dos enemigos de nuestro corazón: la alta presión y los altos niveles de colesterol.

 

La Asociación Americana del Corazón cuenta con excelentes iniciativas para promover mayor salud y calidad de vida en los centros de trabajo.  Si le agrada ver corazones contentos, no dude en llamarnos al teléfono: 787-313-4292 o escribirnos por el correo electrónico: eduardo.lamadrid@heart.org.   # # #