Eduardo R. Lamadrid Aguilar, J.D., M.A.C.

Director de Iniciativas Multiculturales-Puerto Rico

Asociación Americana del Corazón

 

Estamos celebrando los 20 años de esfuerzos conjuntos de la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (Stroke); y la mejor manera es creando conciencia sobre los síntomas y tratamientos de lo que se ha convertido en la quinta causa de muerte en el mundo; y en Puerto Rico, la incidencia es aún mayor.

 

La gente habla indistintamente de “ataque cerebral”, “derrame cerebral”, “infarto cerebrovascular” y ya hasta sabemos decir que a alguien “le dio un stroke”.  Pero, ¿de qué estamos hablando? Un ataque cerebral es la obstrucción de una arteria que no permite que la sangre oxigenada llegue a las células del cerebro, ocasionando la muerte progresiva de esas neuronas irremplazables, hasta causar daño permanente en varias funciones corporales.

 

Si la obstrucción queda dentro del vaso sanguíneo es un ataque isquémico, pero si provoca la ruptura de la arteria, permitiendo que la sangre se riegue, se conoce como un ataque hemorrágico o lo que solemos llamar “derrame”. Lo importante en cualquier caso es actuar rápidamente, identificando los síntomas externos y llevando al paciente a una sala de emergencias lo antes posible.

 

Para ello, RECUERDE las siglas F.A.S.T.:

  • F de Face, Rostro. Si parte del rostro de la persona se ve caído, los labios torcidos no le permiten sonreír o un ojo se le cierra.
  • A de Arm, Brazo. Si no puede levantar alguno de los dos brazos y sostenerlo levantado por algunos segundos.
  • S de Speech, Habla. Si no puede repetir frases sencillas ni siquiera puede pronunciar su nombre correctamente porque se le traba la lengua.
  • T de Time, Tiempo. Es momento de llamar al 9-1-1 para que el paciente sea conducido a una sala de emergencias.

 

No importa si los síntomas parecen intermitentes, como que van y vienen, hay que reaccionar rápidamente, pues ciertos medicamentos y procedimientos que tienen la capacidad de despejar la obstrucción y revertir la mayoría de sus efectos dañinos requieren atención médica de emergencia antes que pasen tres horas de que el paciente comenzó a experimentar los síntomas. Si pueden ser 90 minutos o menos, mejor aún.

 

Lamentablemente, no todas las salas de emergencia cuentan con los recursos más idóneos para atender efectivamente a las víctimas, sólo podemos investigar con antelación las opciones más cercanas a nuestra área y, en todo caso, llamar al 9-1-1 para que la ambulancia se haga cargo. Fíjense que más de un tercio de los pacientes de ataque cerebral no viajan al hospital en una ambulancia, donde podrían comenzar a recibir los primeros auxilios que necesitan.

 

El escenario de trabajo es uno de los lugares donde podría ocurrir un ataque cerebral y no quisiéramos que a la gerencia y a los compañeros de trabajo les tome desprevenidos. Puede llamarnos al teléfono: 787-313-4292 o escribirnos al correo electrónico: eduardo.lamadrid@heart.org.   # # #